Desde el primer Psicoanálisis iniciado por Freud en la Viena de principios del siglo XX a las Psicoterapias contemporáneas de “orientación Psicodinámica” han pasado más de cien años y muchas han sido las transformaciones dentro de ésta escuela de Psicoterapia.
Como en cualquier otra disciplina del conocimiento, los cambios de perspectiva, la reformulación de hipótesis, las diferencias entre autores e incluso las guerras internas han sido imprescindibles para su evolución y han enriquecido enormemente tanto la teoría como la práctica clínica.
"Las emociones inexpresadas nunca mueren. Son enterradas vivas y salen más tarde de peores formas"
SIGMUND FREUD
Si en el primer Psicoanálisis el objetivo primordial era la resolución del/los traumas infantiles que habrían sido la causa primera de la/s neurosis del paciente en el presente, las Psicoterapias de “Orientación Dinámica” que vendrían a ir poco a poco modificando la ortodoxia del primer psicoanálisis freudiano, irían dando más prioridad a la problemática actual del paciente, la resolución de los problemas actuales, la empatía del propio terapeuta en las sesiones y la flexibilización del propio encuadre terapéutico (era muy frecuente en el primer Psicoanálisis la prescripción de una o dos sesiones semanales con una duración nunca superior a los 50 minutos).
Pero algunos principios no han cambiado en esta orientación desde los primeros trabajos de Freud hasta la actualidad y que todo terapeuta de orientación Psicodinámica buscará siempre comprender: La importancia del Inconsciente y el desarrollo de la personalidad infantil en la "construcción del edificio" de la personalidad del paciente.
El concepto “Psicodinámico” o “Dinámico” hace referencia a las fuerzas que, según ésta orientación, estarían en el interior de los seres humanos “empujando” nuestra conducta, pugnando por imponerse y del que el “yo” (consciente) de los humanos adultos somos testigos indirectos. Una forma simplificada pero muy real de entenderlo sería la lucha entre nuestros deseos y nuestra moral. Pero hay muchas otras “luchas” en el interior de la mente y el objetivo de esta orientación es comprender sus causas, por más lejanas que sean y sus consecuencias en el presente.
La idea clave sería: “Trabajemos juntos con el objetivo de manejar tus problemas presentes con mejores estrategias y defensas que las que tuviste que construir en tu pasado o infancia"
Asumiendo el reto de resumir qué significa algo tan complejo y extenso como el Psicoanálisis empezaré por decir que Sigmund Freud era un joven licenciado en medicina, que a finales del S.XIX estaba profundamente interesado en dos áreas de conocimiento: la neurología y la hipnosis.
Volcado hacia el estudio y el tratamiento de los pacientes psiquiátricos, es importante recordar que hasta Freud, a los pacientes se les contenía para mantener sus síntomas bajo control pero Freud desata una revolución en la atención al paciente intentando escuchar, interpretar los síntomas y comprender a sus pacientes.
Sigmund Freud sacude los cimientos de la cultura occidental al sostener que estamos gobernados por nuestros instintos más atávicos y que la civilización es, en realidad, la mera superficie de la manifestación del alma humana.
Pero lo que "conscientemente" le iban confesando sus pacientes cuando la hablaban de sus síntomas fue desde pronto para Freud sólo la punta del iceberg, tan sólo la superficie, no lo importante: Lo “Inconsciente” se convertirá en el concepto clave del Psicoanálisis desde entonces hasta hoy así como de cualquier terapia de "corte Psicoanalítico".
¿Y cómo se puede “ver” o “escuchar” al inconsciente? Pues indirectamente a través de cualquier manifestación de comportamiento que no sea deliberada, es decir, no consciente.
El énfasis que tendrá la "pulsión sexual", "energía sexual" o "líbido" como parte sustancial del inconsciente universal supone una verdadera revolución en una sociedad europea que, a finales del S.XIX, tuvo mucha resistencia en aceptar las propuestas "oscuras" de Freud.
Los sueños, los actos espontáneos, ciertos síntomas, el arte… son manifestaciones humanas y universales pero no parecen obedecer a ninguna “lógica racional” que los explique. ¿Por qué aparecen entonces? Porque lo que no queremos hacer consciente -es decir lo que reprimimos y mantenemos inconsciente- no desaparece de nuestra mente sino que permanece latente, casi “esperando” a la situación idónea para “asomar la patita” y mostrarse.
Tras el concepto de "inconsciente" llegarán muchísimos otros que ya forman parte de la propia cultura popular y que han marcado un antes y un después en la forma de comprender la mente humana. Por ejemplo la célebre "segunda tópica" completará el esquema inicial que dividía la mente en "consciente - preconsciente -inconsciente" con tres nuevas instancias clave: El "ello" (inconsciente en su totalidad), el "yo" (consciente) y el "Superyo" (en parte consciente y en parte inconsciente), que desde nuestra propia mente nos sirve de "conciencia moral".
El famoso diván, esto de recostar al paciente y mantenerse fuera de la vista del mismo para hablar con él, está al servicio también de este propósito: que el paciente se encuentre lo suficientemente cómodo como para que su discurso sea suficientemente espontáneo y así pueda ir emergiendo lo inconsciente... o dicho en términos más "freudianos" que sujeto (yo) pueda relajarse lo suficiente como para que el superyó vaya permitiendo que el "Ello" pueda manifestarse poco a poco.
Otro motivo para utilizar el diván responde a la "regla de abstinencia", según la cual el psicoanalista no debe aparecer para no condicionar en lo absoluto el discurso del paciente, si acaso para enfatizar, señalar o interpretar determinada información clave cuando aparece.
"El precio que pagamos por nuestra avanzada civilización es una pérdida de felicidad a través de la intensificación del sentimiento de culpa"
Carl Gustav Jung fue un psiquiatra suizo discípulo directo de Sigmund Freud y uno de sus seguidores más queridos.
Muy interesado en las religiones, la mitología, la antropología e incluso la alquimia, fue finalmente rechazado por el propio Freud al percibir en él un peligro para la "ortodoxia" del Psicoanálisis, ya que básicamente terminó viendo en su alumno a un rival con ideas excesivamente extrañas, fantasiosas e incluso místicas o esotéricas..
Aún así Jung ha sido una de las figuras más importantes de la historia de la psicología .Conceptos como el del "Inconsciente Colectivo", el de la "Sombra", o el de los "arquetipos" además de su crítica a la excesiva "sexualización" de la visión de Freud sobre la pulsión humana han servido de inspiración teórica y práctica a muchos psicoanalistas o psicólogos de "orientación dinámica". También Jung es considerado el primero en introducir conceptos e ideas del budismo en la Psicoterapia occidental.
Si para Freud la principal pulsión es la pulsión sexual, para Jung el fin último de la pulsión humana es la "Autorrealización" personal.
La "categorización" de la personalidad del paciente en función de las características dominantes de su actividad consciente es el objetivo último de la terapia, además de la mencionada "autorealización" . Especial relevancia tiene para Jung el análisis de los sueños y la imaginación del paciente.
Jung se sienta frente a sus pacientes y su papel es más activo y más didáctico. Si el psicoanálisis freudiano ha sido tildado muchas veces de excesivamente "aséptico" o incluso "frío", Jung es más cercano y colaborativo en la terapia.
El objetivo no es la reducción sintomática, el objetivo es el crecimiento.
"Lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma"
Melanie Klein, una de las mujeres más importante en la historia del Psicoanálisis que ya desde los años veinte del siglo pasado se había interesado por la Psicoterapia infantil, publica en 1932 "El Psicoanálisis en niños", obra fundamental en esta orientación donde se expondrán las bases compartidas por todos los que, a partir de su obra y trabajo, han continuado hasta hoy inspirados por su manera de entender la psique y la propia terapia.
Para Melanie Klein es imprescindible aceptar que la vida psíquica del bebé está repleta de emociones muy fuertes y contrapuestas hacia sus cuidadores y especialmente hacia su madre.
Estas contradicciones o "emociones contradictorias" formarán parte de la vida relacional del adulto, pero en el caso de los niños, y especialmente a través del juego libre, podrán ser "vistas" por el terapeuta en la propia terapia.
La capacidad del cuidador de sostener, apoyar y hacer comprender al pequeño las emociones que experimenta y que obviamente en la infancia sólo puede proyectar en los demás y/o en sus juegos será esencial para que, finalmente, pueda manejarlas de forma adulta y no le resulten abrumadoras (cosa que ocurre con frecuencia en personalidades muy dañadas, incapaces de no dañar o dañarse cuando conectan con emociones fuertes)
Si para Freud la culpa aparece "por haber traicionado al otro y por poner en riesgo su amor" (a partir de la gratitud que el niño experimenta hacia quien le sostiene y le cuida), para M Klein el pequeño ya se siente culpable mucho antes, al empezar a darse cuenta de que su agresividad "innata" -que dirige hacia su madre como también dirige otras veces su amor- podría tener consecuencias reales: dañar a su madre
Otros dos autores fundamentales dentro de la "escuela inglesa" fueron Donald Winnicott y Ronald Fairbarn
"El equilibrio no significa evitar conflictos, implica la fuerza para tolerar emociones dolorosas y poder manejarlas"
En los años cuarenta del S.XX,el psiquiatra francés Jacques Lacan, tras años de estudio de la obra de Freud, provocó una de las más grandes "escisiones" dentro del campo del Psicoanálisis al afirmar que la constitución del Inconsciente está propiamente estructurado como un lenguaje.
De este modo se separa radicalmente de cualquier contenido o referencia biológica para situar al psicoanálisis mucho más cerca de la filosofía y la lingüística
Conceptos como el de "goce" o "estadío del espejo" son aportaciones destacadas de su obra e inspiración de una corriente que, sobre todo en Europa y Francia en particular, ha tenido y sigue teniendo notable popularidad.
El ser humano, según Lacan, se relaciona con "real", (lo que queda fuera de la mente, que pertenece al mundo) a través de lo simbólico (el lenguaje) y lo imaginario (fantasías y sueños).
Si "Ello, Yo y Superyo" junto con "Consciente e Inconsciente" serán los conceptos claves en un primer Psicoanálisis, Lacan enfatiza la importancia de averiguar el peso que tienen, en cada paciente individual, lo real, lo simbólico y lo imaginario.
Para la Psicoterapia lacaniana es esencial el análisis de la estructura del lenguaje del paciente en la terapia: lo que repite, cómo elabora su discurso etc... para así poder llegar hasta lo reprimido.
Una característica muy particular también de esta orientación es que las sesiones pueden tener una duración variable, de modo que no sería necesario alargar una sesión si el paciente ha "llegado" a un punto esencial en la misma. (Algo así como alargar innecesariamente el capítulo de una novela que ha sido correctamente "cerrado").
En palabras del propio Lacan el deseo es "el centro de la existencia humana y la preocupación central del psicoanálisis", es por este motivo que poder revelar la naturaleza más profunda del deseo del paciente es lo más importante y el objetivo de toda Psicoterapia.
"Sólo se siente culpable quien cedió en su deseo"
Cofundador del grupo original de Psicoanálisis de Sigmund Freud, ya en 1911 se separa del grupo tras mostrar ciertas discrepancias con Freud sobre la pulsión sexual.
Su contribución más importante es posiblemente la noción de "complejo de inferioridad" a partir del cual según Adler se desarrollan los principales conflictos del carácter adulto. Más específicamente, Adler considera que la principal pulsión del ser humano es la aceptación y la pertenencia a un grupo -y no la pulsión sexual-, siendo este fracaso en haberse podido sentir "importante" o "parte de un grupo" el origen del "complejo de inferioridad".
Considerado el primer psiquiatra infantil de la historia, Adler considera el egocentrismo una expresión patológica consecuencia de haber renunciado al anhelo de pertenencia a la comunidad.
No es casualidad que desde sus inicios como médico oftalmólogo (luego se pasaría a la psiquiatría) muestre especial debilidad por pacientes (niños o adultos) particularmente marginados de la sociedad y escasos recursos.
Uno de los primeros modelos en enfatizar la importancia de una relación de confianza entre paciente y terapeuta, también se considera pionero en dar lugar de privilegio a las fortalezas y competencias del paciente para la consecución del éxito terapéutico.
En otras palabras, lo grupal y las posibilidades futuras frente a lo individual y el énfasis en el pasado.
Por supuesto Adler da importancia al inconsciente, pero defiende frente a un primer Psicoanálisis la capacidad del ser humano de actuar consciente y libremente en la vida (lo que vendrá a desarrollar como "Estilo de Vida").
El "Yo" ya no está atrapado entre las demandas represivas del Superyó y las pulsiones del Ello: El Yo (consciente) es creativo y no es esclavo de su pasado ni de sus traumas.
"La neurosis es el desarrollo lógico de un individuo que está comparativamente inactivo, lleno de un anhelo personal egocéntrico, de superioridad, y por ello atrasado en el desarrollo de su interés social"
Aunque desde los principios del Psicoanálisis algunos autores advierten de la terapia psicoanalítica puede alargarse innecesariamente, no será hasta después de la II Guerra Mundial que la idea de "tomarse en serio" acortar la duración de la terapia sea fundamental para autores como Mann, Malan o Davanloo.
La Psicoterapia se fue haciendo cada vez más popular -sobre todo en USA- y tanto desde un marco asistencial o público como desde una óptica "mercantil" empieza a tomar sentido intentar hacer "la cura" más breve, aún a costa de "no analizarlo todo": Si podemos enfocarnos adecuadamente en el problema a tratar, hacer las sesiones más activas será beneficioso para desbloquear el conflicto".
Si en la versión más ortodoxa del Psicoanálisis clásico el "foco" del terapeuta debía estar siempre abierto a nuevas temáticas que podían ser analizadas, desde esta versión "breve" se proponen cuatro cambios fundamentales:
- Acotar un "área-objetivo" a ser analizada en exclusiva.
- Marcar un máximo de 20 a 25 sesiones.
- Trabajar frente al paciente (no en diván).
- Enfocarse más en el presente y las fortalezas del paciente que en el pasado y las carencias o traumas del mismo
Una de las "señas de identidad" de muchos terapeutas en este enfoque es el uso de la provocación en las sesiones terapéuticas: Usar las fortalezas del paciente para que sea capaz de enfrentarse (y resolver) en el presente, dentro de la sesión, lo que no pudo en el pasado.
Franz Alexander y Thomas French, ya en 1946 introducen este término como referencia a lo que realmente puede provocar el ansiado "cambio" en los pacientes y por tanto acelerar el proceso terapéutico.
"Experiencia emocional correctiva" se irá convirtiendo con el paso de los años en un concepto clave para prácticamente cualquier orientación terapéutica refiriéndose a la importancia de poder vivir una experiencia emocional -no se trata ya de pensar más o menos o comprender más o menos profundamente un problema- en la sesión o entre sesiones. Si una experiencia traumática puede dañar la psique de una persona, vivir una experiencia emocional correctiva provocaría un efecto sanador.
""En el éxito de la Psicoterapia será más importante la motivación del paciente para cambiar que su deseo de encontrarse mejor "
Nacido en 1913 y vienés como Freud, el psiquiatra Heinz Kohut emigra a EEUU en los años 30 desarrollando una carrera de éxito dentro del Psicoanálisis.
Rompedor en algunas áreas dentro del Psicoanálisis como el "narcisismo", la empatía y los que denomina "objetos del self" del sujeto, subraya el papel esencial que tienen en el desarrollo de la personalidad tanto las personas capaces de reflejar adecuadamente nuestras emociones, como a las que podemos admirar y por tanto desear parecernos.
Si el Psicoanálisis "primero" o freudiano estaba más interesado en analizar lo conflictivo del paciente, (particularmente los conflictos edípicos), Kohut desarrolla una Psicoterapia que le acerca mucho a autores de orientación humanista: Para Kohut no es el "análisis" lo más importante en la terapia Psicoanalítica, sino que el terapeuta sepa interpretar "desde dónde" está comunicando el paciente en un momento concreto y así poder "recolocarse" frente a él en ése instante tal y como el paciente necesita.
Kohut reinterpreta el "narcisismo" como algo a analizar y reparar en la propia terapia. El narcisismo no es algo "negativo" sino algo que merece la pena ser escuchado, reparado y "reafirmado" para finalmente integrarse en un sana autoestima o un autoconcepto más "equilibrado" para el paciente.
Se podría decir que la obra de Kohut es una guía para no desesperar en el tratamiento de sujetos narcisistas que pueden resultar, por sus defensas, los principales enemigos de su propia terapia.
Haberse sentido suficientemente "valioso" (admirado), igual que haber podido valorar (admirar) lo suficiente al/los cuidadores a lo largo de la infancia y adolescencia son, según Kohut, experiencias clave para el desarrollo de una autoestima sana.
La idea clave sería algo como: "Esforcémonos en analizar tu sufrimiento de la forma más reparadora posible, especialmente tus sentimientos de ira y vergüenza: significan algo importante y podemos afrontarlo juntos".
"La empatía del terapeuta es el ingrediente fundamental de la terapia"
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