Abraham Maslow (seguro que has oído hablar alguna vez de "la pirámide" de Maslow...), fue uno de los más conocidos en proponer una "tercera vía", una "vía" o "corriente Humanista" que proponía conceptos como la búsqueda de sentido vital o la autorrealización como ejes del propio proceso terapéutico.
La intención es adaptar la terapia a una visión más completa, positiva y respetuosa de la persona que además reflexiona activamente sobre el efecto de una auténtica u profunda escucha sobre la personalidad de quien sea que busque ayuda psicológica.
Una revolución que no sólo "humanizaría" al paciente sino al propio terapeuta y su relación con la terapia: Como detalle, la desaparición de la "mesa" como elemento de "superioridad" o "poder" en la relación con el paciente fueron elementos importantes para muchos psicólogos humanistas, un elemento, entre otros, realmente novedoso en el ámbito de la salud mental.
"Uno no puede elegir sabiamente en la vida al menos que se atreva a escucharse a sí mismo, a su propio yo, en cada momento de su vidar"
Abraham Maslow
La corriente humanista nace como respuesta a la excesiva y exclusiva patologización del sujeto que, hasta mediados del siglo XX, llegó a entender al paciente casi exclusivamente como un conjunto de síntomas o diagnósticos a catalogar o modificar.
Un número creciente dentro de la psiquiatría y la psicología comenzaron a cuestionar los dos modelos terapéuticos que hasta la fecha habían abordado la Psicoterapia -Psicoanálisis y Conductismo-, no como modelos erróneos en sí mismos, sino como incompletos por su visión reduccionista del paciente.
Otro de los terapeutas humanistas más importantes, Carl Rogers, (originalmente psicoanalista), propone un cambio radical en la forma de entender la Psicoterapia transformándola en una experiencia de respeto y empatía radicales hacia los pacientes (o "clientes", como a él le gustaba denominarles, en un intento de alejar toda patologización y desigualdad entre terapeuta y "cliente").
Una mirada centrada exclusivamente en lo negativo que "el sujeto tiene" y "debe ser eliminado" para mejorar impide paradójicamente que la persona pueda tener una relación saludable con su propia subjetividad, sus propias ideas, emociones...
La idea clave sería: "Aprende a aceptarte tal y como eres y sólo desde ahí podrás cambiar y desarrollar tu potencialidad"
Sin duda el terapeuta humanista más importante, Carl Rogers, propone un cambio radical en la forma de entender la Psicoterapia transformándola en una experiencia sustentada en el respeto y la empatía radicales hacia los pacientes (o "clientes", como a él le gustaba denominarles, en un intento de alejar toda patologización y desigualdad entre terapeuta y "cliente").
Carl Rogers solía ejemplificar su idea de las personas alrededor de la metáfora (basada en su infancia en un entorno rural y sus estudios iniciales de agricultura) de unas semillas de patata que no podían desarrollarse por estar plantadas en el terreno equivocado.
Rogers sostiene que las personas tienen la potencialidad de crecer en sí mismas y la terapia debe ser, en esencia, un espacio de crecimiento a través del encuentro terapéutico.
Para Rogers han sido fundamentalmente los intentos de "no ser lo que genuinamente soy para adaptarme a lo que los demás esperan de mí" el origen del sufrimiento y el malestar psicológico, por tanto el papel del terapeuta jamás debería ser señalar lo patológico de su cliente, sino esforzarse en todo momento por respetar su punto de vista y validar su experiencia subjetiva.
Por ese motivo es central en la "terapia Rogeriana" la aceptación del cliente por parte del terapeuta y la eliminación de cualquier atisbo de "poder" por parte del terapeuta, incluso en relación con cualquier tipo de consejo u orientación que terapeuta o cliente pudieran tener la tentación de dar o recibir, respectivamente.
La "salud" psicológica para Rogers es un concepto íntimamente ligado al de "tendencia actualizadora": Las personas son organismos vivos que en condiciones ideales están en constante crecimiento, que tienen dudas, angustia y pasan por crisis porque de algún modo precisamente esto es vivir.
Si la vida es cambio, la aceptación genuina de lo que realmente es será lo que pueda permitir a la persona adaptarse a su entorno.
"La curiosa paradoja es que cuando me acepto tal cual soy, entonces puedo cambiar"
El joven psiquiatra austriaco Viktor Frankl ya estaba especializado en pacientes suicidas cuando tuvo que enfrentarse a la dolorosa experiencia de vivir en cuatro campos de concentración durante la II Guerra mundial, incluido Auswitz. Tras perder durante aquellos años a sus padres y su mujer continúa con su labor profesional pero habiendo transformado su forma de entender la Psicoterapia para siempre.
A pesar de la influencia de Freud y Adler en su visión del ser humano, la psiquiatría y el “inconsciente”, Frankl propondrá objetivo de la Psicoterapia la búsqueda del sentido de la vida del paciente, un sentido único y personal, sólo válido para esa persona, y que su “Logoterapia” tiene la obligación de aclarar. Se podría argumentar que si el psicoanálisis se centra tradicionalmente en el pasado, la Logoterapia -perteneciente a la corriente Existencialista- lo hace en el futuro.
Frankl siempre sostuvo que frente a las mayores adversidades imaginables es sólo la determinación de elegir el propósito en la vida lo que puede darle sentido y por tanto marcar la diferencia. A veces -casi como un chiste matemático- Frankl propuso como piedra angular de su legado distinguir entre sufrimiento y desesperación: D=S-S. “Desesperación es igual a sufrimiento sin sentido”, siendo la cantidad de desesperación proporcional a la magnitud de ambas “S”.
Al contrario que Rogers, Frankl sí dirige las sesiones a un objetivo: que el paciente deje de enredarse en neuróticos "por qués" y empiece a descubrir sus "para qués". Para ello es activo, utiliza el diálogo socrático, anima a sus pacientes a que entre sesiones se enfrenten a sus miedos y superen sus bloqueos.
Para Frankl, encontrar el propósito en la vida es un acto vital, no meramente reflexivo y el paciente debe actuar para tomar las riendas de su destino.
"La vida nunca se vuelve insoportable por sus circunstancias, sino por la falta de sentido y propósito"
Desde principios del S.XX la teoría más importante en relación a la percepción humana es la denominada "Gestalt", que viene a poner de manifiesto que los seres humanos no percibimos el mundo "sumando las partes" de los objetos a través de nuestros sentidos, sino a través de un proceso "activo" en el que no podemos sino buscar -e incluso crear- totalidades.
Fritz Perls fue un médico y psicoanalista alemán que en los años 40 del siglo pasado desarrolla una forma de Psicoterapia basada parcialmente en ésta idea fundamental de la percepción humana -la Gestalt-, una visión "globalizadora" del ser humano que pone el énfasis en la manera que las personas perciben su propio ser y a los demás en cada momento, subrayando la importancia del momento -y estado del ser- presente, "aquí y ahora".
En esta visión global también se incluyen las circunstancias que -en el aquí y ahora- influyen en la persona.
Si las leyes de la percepción nos recuerdan que percibimos las formas sólo en función de un "fondo" del que se pueden diferenciar claramente, la persona capaz de "estar presente", de "vivir en plenitud" habrá sido capaz de completar, de terminar, de "cerrar" sus asuntos pendientes del pasado y así conectar y auto percibirse en el aquí y ahora.
Una de las "novedades" que se atribuyen típicamente a la Psicoterapia Gestalt es la utlización puntual de una silla en la que el paciente puede, por un momento y con ciertas instrucciones, situarse actuando cierto rol, sea él mismo del pasado o el futuro, u otra persona relevante, tratando de sentir (más que pensar) cómo "es" o "era" estar ahí.
Esta y otras técnicas altamente emocionales, "movilizadoras" de las emociones del paciente, son típicas de la Gestalt.
Muchas veces ha sido (y es) considerada una de las formas de psicoterpia más "intuitiva" y corporal... una psicoterapia que puede llegar a "sacudir" las emociones intensamente.
"Sé como tú eres, de manera que puedas ver quién eres y cómo eres. Deja por unos momentos lo que debes hacer y descubre lo que realmente haces"
Creado por Jacov Levi-Moreno alrededor de los años veinte del siglo pasado, es una forma de Psicoterapia profundamente activa, espontánea y experiencial. La idea básica es ayudarse del grupo terapéutico para poder representar las escenas del pasado que nos dañaron o tememos que ocurran en el presente o futuro, pero siempre bajo una serie de condiciones de seguridad, confianza, paciencia, respeto y cuidado mutuo..
Paralelamente a sus estudios superiores en medicina y psiquiatría, Jacob desarrolla una intensa actividad en relación a la problemática de los grupos humanos, en particular marginales.
Desde joven muy interesado en el teatro y el poder de la improvisación, será ya en Estados Unidos a partir de 1925 que irá perfilando una forma de Psicoterapia más interesada en el poder del grupo y la improvisación frente a la Psicoterapia "ortodoxa" que hasta ése momento estaba volcada en el individuo y la introspección.
Sentirte aceptado formando parte de un grupo donde te puedes expresar auténtica y espontáneamente puede ser una experiencia transformadora para tu personalidad, si se hace bajo la supervisión y formación adecuadas.
Normalmente el Psicodrama, favorecida y potenciada por el grupo, suele ser más rápida y dinámica, pero como ocurre en otras, no "vale para todo el mundo": Por su carácter activo y espontáneo, a muchos pacientes les genera recelos.
El desarrollo de la personalidad según Moreno es consecuencia de los roles que a lo largo de su vida una persona ha sido capaz de desempeñar adecuadamente.
Si los roles han sido alienantes para el sujeto y en particular en su vida adulta han supuesto una merma significativa en su espontaneidad y creatividad el Psicodrama intentará precisamente volver a desarrollar estas capacidades y ayudar a la persona a ser más flexible frente a su vida.
"Cuando estés cerca de mí pondré tus ojos en lugar de los míos y tú pondrás mis ojos en lugar de los tuyos y así yo te miraré con tus ojos y tú me mirarás con los míos"
Como tantos otros autores fundamentales de la historia de la Psicoterapia, Eric Berne se formó como psiquiatra y psicoanalista en sus inicios, reorganizando y sobre todo en su caso simplificando ciertos conceptos clave de la teoría freudiana gracias a un lenguaje realmente comprensivo y muy didáctico.
De hecho su principal aportación teórica -los estados "padre-adulto-niño" no son sino una simplificación de los clásicos "ello-yo-superyó" del Psicoanálisis original.
Otros nuevos y "revolucionarios" conceptos fueron introducidos por Berne en la psicología y la psicoterapia, como el de "caricia psicológica", referida a la necesidad universal de los seres humanos de recibir reconocimiento por parte de los demás... Berne afirmaría que siendo tan importante las caricias, ante la ausencia de reconocimiento positivo, los humanos escogeremos caricias "negativas" (menosprecios o reproches), antes que la indiferencia.
Para el A.T. podemos actuar de tres maneras:
a) Irresponsablemente, es decir dejándonos llevar por impulsos o deseos (como hacen los niños pequeños)
b) Tratando de controlar o proteger a los demás (como hacen los padres o las figuras de autoridad)
c) De manera adulta, siendo conscientes y responsables y dirigiendo nuestra propia vida en favor de nuestros intereses.
Para Berne la salud mental está directamente relacionada con la capacidad de una persona para adaptar ésos tres "estados" a los requerimientos de la situación o el momento en que nos encontremos de una forma razonable: Si salimos a divertirnos permitir que nuestro "niño" interior se exprese y ser espontáneos, así como preocuparnos por cuidar y atender a alguien en apuros si nos necesita y/o es nuestra obligación en ése momento...
Pero lo fundamental es que sea nuestro "estado adulto" el que tenga el control por encima de los otros dos, ya que sólo desde el "adulto" puedo tener las riendas de mi vida, escoger mis objetivos, cuidar de mí mismo, organizar mi tiempo etc...
El AT intenta ayudar al paciente a ser consciente de dos cuestiones esenciales de su vida cotidiana: Qué situaciones favorecen esencialmente que se "despierten" cada uno de estos "estados" y por otro lado qué personas de nuestro entorno los despiertan y cómo.
Paralelamente, el AT propone al "adulto" redefinir su "guion de vida", muchas veces escogido por el "padre" o el "niño" hace muchos años y causa de su sufrimiento actual.
"Juego en los que participamos" ha sido uno de los "Best Sellers" más importante de la historia de la psicología. Publicado en 1964, propone una forma de entender las interacciones humanas cotidianas desde un prisma diferente, a través del cual se pueden comprender los mensajes de los participantes más allá de la literalidad verbal de sus mensajes.
Resumidamente, los juegos representan intentos de satisfacer deseos o necesidades a costa de la persona a la que se envía un mensaje que en realidad no significa lo que parece. Se reconocen porque son estereotipados, rígidos, y transmiten un mensaje fundamental que representa los roles fundamentales que los participantes mantienen entre ellos.
Para Berne los juegos son patológicos en la medida en la que no son mensajes que envía "el adulto" sino manipulaciones desde el estado "padre" o desde el estado "niño", aunque aparentemente puedan no parecerlo.
"Cada individuo se ve empujado por su guion a repetir una y otra vez los mismos patrones de conducta, por mucho que lamente las consecuencias"
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